Pues no hay fecha que no se llegue, ni plazo que no se cumpla. El 30 de marzo teníamos que dejar la casa del Kaikan, pero eso sí, la querian IM-PE-CA-BLE.
Nos comentaron que a los solteros no se ponen tan exigentes, pero que en el caso de los casados, eran muy sangrones, al caso que a veces se ponian casi casi guante blanco y revisaban que no hubiera polvo en ningun lado, y que todo estuviera impecable.
Ante esta amenaza, pues 2 días no fuí al lab para ponerme con Getza a limpiar toda la casa. La verdad, nunca habia trabajado tanto limpiando la casa, ya que como Getza es TAN limpia, pues detalles que a mi ni me importaban, o no me daba cuenta, pues tenía que limpiarlos.
Era limpiar la casa y empacar todas las cosas. La verdad que Getza se llevó casi toda la friega, ya que ella empezó como 2 dias antes que yo. Pero eso sí, todo quedo super limpio. Aunque yo le dije a Getza: “vas a ver que van a quejarse”. Y efectivamente, si bien no hubo mayores problemas, se pusieron a hacerle no se que al baño y a la estufa en el extractor de aire.
Cabe mencionar que el baño del kaikan era hoooorrrrribleeee, ya que cada que nos bañabamos, se inundaba, y no hubo liquido o destapacaños que nos ayudara a evitar la inundacion. Asi que cada que nos bañabamos pues a cubetazos vaciar la tina, o de lo contrario, era esperar casi 1 dia a que se drenara.
Al fin, terminamos de limpiar la casa, la revisamos, entregamos llaves y como ese día ibamos a ser homeless, ya que no nos daban depa sino hasta el 31, nos fuimos a llorar nuestra pena a comer buffer de yakiniku y sushi 🙂
Por cierto, esa noche nos dieron asilo Fabio y Matías.
Hacer clic en la foto para ver la pequeña galería de este día.
じゃね!