Asi es, un post solamente para conmemorar la primera vez que pudimos hacer enchiladas (o lo mas parecido a ellas de este lado del charco) con los ingredientes que tenemos 🙂
Nos encontramos (al fin) tortillas decentes, asi que hicimos el experimento y ándale que si quedaron las enchiladas 🙂
A pesar del queso malo que venden por acá, y de una crema que parece yogurth rancio, estaban de-li-cio-sas. Casi lloramos de la emoción, jeje.
Ya verán, cuando tengan año y medio lejos de su país, estos pequeños gustitos alegran el día 🙂
Fotos al hacer clic en la imágen.
ja ne!
Carlos para el experimento… Fue una friega, la cocina quedo medio puerca, pero estuvo muy chido, y la platica estuvo mejor.
a (que nunca toma) andaba tomando caballitos… no que no tomabas? juar juar
Pues como ya agregué estas fotos a la galería, sería pecado que no publicara estos temas, asi que estaré publicando hasta que me ponga al corriente.
o llamado “arroz cocido”. Total, el platillo quedó definido: camarones a la diabla, camarones al mojo de ajo, guacamole, y agua de horchata. Medio complicado cocinar todo el mismo día, pero como pudimos (me incluyo, porque yo también ayudé). Este menu lo escogio Getza porque ellas a fuerzas querian agua de horchata, y Getza queria enseñarles dos platillos… Lo que hace uno por estos lugares.
Anduvimos en chinga, medio se les explico, porque obviamente el Japonés de Getza en ese entonces no era muy bueno, y la que dizque iba a traducir nunca hizo nada. Fue muy cansado, muy estresante, nos gastamos 1,000 yenes de estacionamiento, y en resumen: fue interesante, pero no lo volveremos a hacer por el aspecto económico.
de paga cada vez (400 pesos), pero para abaratar costos, metieron a las 12 ñoras de una vez, y pues obviamente, fue mucha mas chinga, y a ellos les salió el costo por persona muuy barato. También por acá, hay japoneses tranzas (una amiga brasileña hizo un banquete una vez, y le pagaron como 5,000 yenes – 500 pesos – para 100 personas).
Después de la chinga de en la mañana, nos fuimos a la casa y ahí Fio hizo un ceviche Peruano, que es muy parecido al mexicano, pero claro, con varias diferencias interesantes. Como este ceviche llevaba la Fio presumiendolo y haciendolo desde hace 1 año, fue un logro. Estuvo muy rico 🙂
Llegamos y NONONONONO… estaba llenísimo. Recién entramos, y pues había de esos carteles clásicos en donde metes la cabez
a y dizque estás bailando tango. Ni me fije de como era la foto esa y yo re sonriente, y hasta ahorita que ando actualizando el blog me dí cuenta que nada que ver, que debí haber girado mi cabeza a la izquierda, lo cual no hice, a pesar que Getza y Keiko me dijeron varias veces, a lo cual no les entendí en ese momento.
Después de eso como ya casi eran las 12 pues ya hacía hambre, así que ni tardos ni perezosos, nos fuimos a formar para comer. 
Vimos carne, carne, y más carne. Ustedes dirán “ay que exagerados”, pero recuerden que aquí en Japón casi toda la carne se importa por que la poca carne de res que se produce es ca-ri-si-ma. No hay carnicerías como en México, ni llegas y pides “me da 4 kilos de carne”, a menos que seas rico.
Nos dimos una vuelta rápida a ver que había de comer, y pues nos fuimos a formar. Había muchísima gente. Tanta, que al llegar finalmente a pagar, no había ni pollo, ni la carne que queríamos. Después que Keiko negocio con ellos que no íbamos a volver a formarnos cuando se surtieran, pagamos y nos fuimos a sentar al jardín. En el DF te dan unos aparati
tos que timbran cuando ya está tu comida, pero aquí no hay de eso. Acá son tan excéntricos, que te HABLAN a tu celular para decirte que ya está la comida.
horas (porque nos estábamos muriendo de hambre) comimos. El pollo estaba RIQUISIMO. Después nos enteramos que el cocinero era un japonés que vivió en Argentina por n-mil años, y que tiene un español perfecto. La carne también estaba muy buena, pero muy pequeño el corte 🙁
ante 20 minutos (yo quiero uno de esos trabajos: solo chambeo 20 minutos cada 2 horas, y me pagan, que envidia).